La deshidratación en los bebés es una situación muy peligrosa. Por eso es importante saber cómo identificar los síntomas de deshidratación para saber cuándo hay que preocuparse. Este artículo explica cómo reconocer estos signos para evitar complicaciones más graves.
¡Atención! Aquí hay síntomas de deshidratación infantil
Una deshidratación leve puede ser muy peligrosa para un bebé. Esto se debe a que los bebés tienen una cantidad limitada de líquido en su cuerpo y perder mucho puede ser peligroso. Por ello es importante identificar los síntomas de deshidratación en bebés para poder actuar de manera rápida.
Uno de los primeros síntomas de deshidratación en un bebé es una piel y unas encías más secas que de costumbre. Esto se debe a que el líquido es absorbido por la piel y el cuerpo no puede reemplazarlo de manera adecuada. Otro síntoma es la falta de lágrimas cuando el bebé llora. Cuando el bebé no es capaz de producir lágrimas, significa que hay una deshidratación moderada.
Los síntomas más graves de deshidratación se pueden ver en la boca. Un bebé deshidratado puede tener una lengua y unos labios agrietados y secos, y su boca puede estar reseca. Estas son señales de que el bebé necesita beber líquido inmediatamente.
¡Cuidado! Aprende a detectar los síntomas de deshidratación en el bebé
También hay otros síntomas de deshidratación, como el vómito, la diarrea y la fiebre. Estos síntomas son signos de que el cuerpo no puede absorber los líquidos adecuadamente. Por eso es importante observar al bebé y asegurarse de que está tomando suficiente líquido.
Otros signos de deshidratación en los bebés incluyen somnolencia, palidez o una apariencia general de debilidad. Los bebés deshidratados también pueden tener una respiración rápida y labios azulados. Estos síntomas son signos de deshidratación grave, por lo que hay que actuar rápidamente.
Por último, lo más importante es prestar atención al comportamiento del bebé. Los bebés deshidratados pueden sentirse irritables, tener menos energía y estar más somnolientos de lo normal. Si el bebé no quiere comer o beber, o se siente somnoliento o letárgico, es una señal de que tal vez está deshidratado.
Aunque es normal que los bebés pierdan líquido del cuerpo, hay que tomar los síntomas de deshidratación en serio. Si los síntomas son leves, es importante aumentar la cantidad de líquido que toma el bebé. Si los síntomas son graves, hay que contactar al pediatra inmediatamente para recibir tratamiento. Obtener la ayuda adecuada puede salvar la vida de un bebé.